¿Qué título para un artículo, no?
Me encanta poder poner en juego y reflexionar sobre el amor en las compañías. ¿Cuán seguido creemos que hablamos sobre este tema con equipos, con lideres con compañeros? Seguramente creemos que muy pocas veces o nunca… sin embargo, yo tengo otra visión. Para mí el término AMOR tiene un significado mucho más amplio y trasciende las barreras del ámbito familiar, de amistad o de pareja. En este marco entonces, podríamos decir que, sin lugar a dudas, al amor lo vivimos diariamente en nuestro ámbito laboral.
El hecho de que podamos elegir a nuestra familia, no nos impide amarlos entrañablemente. Claro que hay excepciones como en toda regla. ¿Entonces por qué no llegar a querer a las personas con quien nos toque trabajar, siendo que tampoco las elegimos?
Pensemos en qué sentimos y cómo nos comportamos cuando queremos mucho a alguien. ¿Qué es lo que hace que queramos a otra persona y nos sintamos queridos?
Para mí hay ciertos temas claves y puntuales:
- Existe la confianza. Y por confianza me refiero a todo, a apertura para hablar con sinceridad, a demostrarse vulnerable, a tomar en cuenta lo que dice el otro y a hablar libremente sobre todos los temas.
- Escuchamos atentamente al otro. Nos interesa lo que la gente que queremos o nos quiere, tiene para decir. Nos involucramos con su situación, su vida, intentamos darle apoyo y si solamente es sentarnos a escuchar, lo hacemos.
- Compartimos tiempo juntos, desde rutinas, tiempo libre, ocio, etc. Nos conocemos, sabemos lo que nos gusta, lo que disfrutamos y lo emocional siempre esta en juego.
- Nos perdonamos. Podemos equivocarnos, tratar mal al otro, sentirnos mal tratados en algún momento, pero conversando nos perdonamos y seguimos adelante.
- Construimos desde el vínculo y proyectamos. Hacemos planes a futuro, nos esforzamos por buscar el bien mutuo o para todos los integrantes de la familia o de un grupo de amigos.
- Damos sin esperar nada a cambio. Hacemos regalos, escribimos cartas, demostramos nuestro cariño.
¿Estas actitudes las podemos tener también en nuestro día a día laboral?
¿Cómo podemos traducir esto a las compañías y a los equipos? ¿Cómo podemos tener vínculos más amorosos sin caer en la “cursilería” del amor? Poniendo en práctica estos elementos claves.
Si tenemos la capacidad de ver en el otro una persona con sus problemas, con sus historias y nos ponemos a disposición, confiamos, la respetamos, la valoramos y reconocemos, la perdonamos, estamos ejerciendo el amor en las compañías. Lo mismo si nos mostramos vulnerables, nos dejamos querer y apreciar.
Esto no sólo aplica a temas relacionados con el liderazgo. Es también para pensarlo entre pares, entre colegas. Tener una actitud de servicio, entrega y transparencia colabora al buen clima, a la generación de lazos y en definitiva a la consecución de objetivos.
¿Esto implica que siempre viviremos en un mundo color de rosas? No, claro que no.. seguramente habrá momentos malos, y que deberemos atravesar, pero siempre depende de nuestra ACTITUD, el CÓMO lo atravesemos. Podemos discutir con compañeros, enojarnos con algún líder, no coincidir en opiniones o gustos, pero si realmente confiamos, nos respetamos, nos perdonamos y buscamos siempre el bien común, podemos resolver los conflictos, ejerciendo el amor hacia el vínculo y hacia la persona con la que trabajamos.
¿Viste que no es tan raro hablar de amor en el trabajo? Y vos, ¿ya lo estás ejerciendo? ¿Qué sentís que te falta para poder vivir vínculos sanos y amorosos en el trabajo?
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