Quiero decir que NO en el trabajo, pero digo que si..
- María Elisa Medio
- 20 nov 2022
- 2 Min. de lectura
Ayer tuve una sesión de coaching en la que mi coachee me dijo textualmente: “Desde que lo trabajamos juntas y empecé a decir que no, SOY FELIZ”
Esta frase me resonó tremendamente. Por supuesto que de todas las sesiones yo también me llevo algo y aprendo muchísimo de cada uno de mis coachees. Y esto me hizo reflexionar. ¿A qué le decimos que sí cuando decimos que si? ¿A qué le decimos que no cuando decimos que no? ¿Qué valores ponemos en juego? ¿Realmente somos fieles a nuestros sentimientos y compromisos?
Esto va a depender de cada uno, pero está altamente conectado con la felicidad. ¿Qué mejor que poder vibrar con lo que sentimos, tomar las decisiones adecuadas y comunicarlas al resto?
El tema principal con el decir que no, es el prejuicio que tenemos sobre el impacto de ese NO. ¿Si digo que no, como quedo ante el otro? ¿Sera que no soy capaz? ¿Perderé alguna oportunidad? Entonces ante la incertidumbre y el no cumplir con expectativas propias o de otros, decimos que SI. Cuando en realidad queremos decir que no.
Ante esto, yo daría algunos consejos. La clave es la conciencia. Si podemos ejercitar la conciencia en el momento anterior a responder vamos a poder hacer 2 cosas fundamentales:
Hacer las preguntas necesarias para poder derribar esos prejuicios y entender si realmente lo que pensamos se cumpliría. Por ejemplo: si no me animo a decir que no porque tengo miedo a que piensen que no soy rápido, y seguramente deben querer algo para YA, entonces primero, hacernos conscientes y preguntar.. ¿para cuando se necesita esto? ¿Es urgente? ¿Podemos delegarlo en alguien más? ¿Es necesaria mi mirada? Si al contestar estas preguntas tenemos más claridad sobre el pedido, quizás podemos descubrir que no era como pensábamos y que habían otras opciones antes de decir que si.
Conectar con nuestros valores y realmente ver nuestras prioridades. ¿Qué gano si digo que si? ¿Qué pierdo si digo que sí? ¿Qué gano si digo que no? ¿Que pierdo si digo que no? Reuniones, proyectos, presentaciones, mails. Tantos ejemplos para mencionar. Claro que debemos dar respuestas, claro que debemos trabajar duro por nuestras responsabilidades, pero ¿cuál es el límite? Una cosa es lo que DEBEMOS hacer por lo que nos pagan y otra es hasta donde estamos dispuestos. Nuestros valores y prioridades son la clave de nuestra felicidad. Cuando se ven ultrajadas, empezamos a sentirnos mal con nosotros mismos y nuestro desempeño baja.
Entonces, imagínate la productividad y resultados que podrías tener si REALMENTE dedicas tu tiempo a lo que es importante y que va a darle beneficios a tu trabajo.
Acordate, antes de responder cuando sentis esas ganas de decir que no, pero entendes que debes decir que si, date un segundo de pensar en la situación, de consciencia para hacer las preguntas correctas antes de decir que si, y priorizar siempre tus valores!
Comprometete con vos mismo, y trata de ejecutarlo por lo menos una vez a la semana. No es sencillo cuando tenemos el si fácil, pero con la práctica y al darte cuenta de los beneficios que trae, vas a empezar a utilizarlo cada vez más!
Espero que les haya gustado! Ya saben que pueden reservar una sesión conmigo, seguirme en Instagram, Youtube y Tik Tok!
Maru.-

コメント